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Crónica del 20 de enero

¡Por fin un poco de acción!

Lunes 14 de enero

Poco después de medianoche, el Don Arturo hace un alto en Puerto Edén. A bordo sube Aliro Vargas, un fornido joven de dulce rostro que nos acompañará durante nuestra estadía en el glaciar junto a su bote rígido, el Témpanos, que amarramos a la embarcación para llevarlo al arrastre. Conversando, le cuenta a Natalia que está casado con la hija de María Isabel, hija, a su vez, de Gabriela Paterito, pertenecientes a la Comunidad Kawésqar residente en Puerto Edén. La familia al completo… Aliro es guardaparques de CONAF en el Parque Nacional Bernardo O’Higgins. Nos espera en Puerto Edén con una estufa de leña, una botella de gas licuado y un bidón de 200 litros de combustible para el equipo glaciar. Una vez se carga el material, el equipo reemprende la navegación hacia el glaciar Témpanos.

A poco de embocar el canal Messier, el color del agua, de un intenso verde esmeralda, delata su origen. En esta zona de Magallanes, al norte de Puerto Edén, los canales patagónicos se alimentan de las aguas de deshielo de Campos de Hielo Sur, la mayor extensión de hielo continental junto a la Antártica y Groenlandia. Se extiende de norte a sur siguiendo la Cordillera de los Andes. Sus lenguas de hielo se vierten tanto al este, del lado argentino, como al oeste, del lado chileno.

El Don Arturo vira a babor, remontando estas verdes aguas hacia su lugar de nacimiento. En este momento aparecen los delfines, que se acercan curiosos al barco haciendo alegres cabriolas. Los griegos los llamaron delphi, que significa «espíritu». Y es que es difícil imaginar otro animal marino más parecido al ser humano, curioso y divertido por nuestra presencia.

Los delfines nos acompañan en el seno Iceberg.
Los delfines nos acompañan en el seno Iceberg.

Hacia las 14 horas, Natalia, quien coordina la epopeya glaciar, da las últimas indicaciones para organizar el desembarque. A los navegantes no les queda más que el último viraje antes de vislumbrar la gran pared glaciar del Témpano, que cierra el fiordo con su formidable masa blanca ribeteada de azul intenso. A medida que avanza la navegación, el equipo sale a cubierta a pesar de la fría brisa para disfrutar del espectáculo de glaciar y delfines.

Vista de frente del glaciar.
Vista de frente del glaciar.

Una hora más tarde, el Don Arturo se detiene frente una gran casa. Es uno de los refugios de la CONAF, la Corporación Nacional Forestal, que administra los parques nacionales de Chile como en el que nos encontramos, el Parque Nacional Bernardo O’Higgins.

El Don Arturo acaba de arribar a la guardería de la CONAF, instalada frente al glaciar Témpanos, al otro lado del seno Iceberg.
El Don Arturo acaba de arribar a la guardería de la CONAF, instalada frente al glaciar Témpanos, al otro lado del seno Iceberg.

En cubierta, Laurent se desnuda y se pone un traje desechable blanco y una máscara respiratoria. Loïc sella los bordes con cinta adhesiva. Laurent se prepara para una delicada operación. Y es que en Patagonia un tipo de roedor, el ratón colilarga, es portador del virus hanta, que transmite una infección que puede llegar a ser mortal. El virus se propaga en lugares cerrados y habitados por el hombre, ya que suele haber comida. Por ello es necesario ventilar y, luego, rociar el lugar con cloro diluido en agua y hacer una limpieza a fondo.

Dos horas más tarde, tras vaciar la bodega del Don Arturo y amontonar bultos y cajas de todo tipo alrededor de la casa, Denis, Mowgli, Lionel, Aliro, Luc y Natalia inician su misión: limpiar y dejar la casa habitable instalando el grupo electrógeno, el gas para tener agua caliente para ducharse, una cocina, la estufa de leña y agua corriente… Una vez más, el trabajo en equipo surte efecto. Esa noche dormiremos aun en el barco. La casa queda operativa, aunque de manera provisoria. Se trata de una gran casa elevada del suelo, con dos amplios espacios, cuatro habitaciones y dos baños. Un insólito lujo con una vista de 4 estrellas del seno y el frente glaciar, que CONAF ha puesto a disposición del equipo. Desde el primer momento hay que acostumbrarse a unos estruendosos crujidos que perturban la quietud del seno. Es la enorme presión a la que está sometido el glaciar que, una vez llega al mar, libera regularmente grandes bloques, algunos tan grandes como edificios. Tras un trayecto terrestre de algunos kilómetros que ha podido durar decenas de años, el hielo vuelve a su elemento original: el mar.

Al día siguiente, los primeros equipos acometerán la exploración del glaciar tanto de la superficie como del interior del glaciar. Somos espeleólogos; soñamos con seguir el camino de las aguas a través del hielo. Las aguas de deshielo o de lluvia excavan pozos, cuevas, fisuras, galerías inundadas por el agua, al igual que ocurre en la caliza.

Martes 15 de enero

La exploración subglacial, nuevo terreno de juego para Centre Terre, la completa un equipo de glaciólogos de la Universidad Austral de Chile y de la Universidad de Hokkaido, Japón. El glaciar que exploramos se llama Témpanos por los pequeños icebergs que se deprenden. A diferencia de otros glaciares más conocidos del Gran Hielo Patagónico, éste no ha sido objeto de estudio ni de exploración. Nos encontramos en un terreno virgen.

Otra particularidad de este glaciar es que se desliza hacia el noroeste y se separa en dos ramas: una que cae al mar y otra que se dirige hacia el norte y da a un lago. Por ello, las zonas de exploración se dividen en dos: la zona norte y la zona sur (ver el mapa).

Mapa de las operaciones.
Mapa de las operaciones.

Los glaciólogos, Marius Schaefer, Masahiro Minowa y Shuntaro Hata tienen un calendario bien apretado. Uno de sus objetivos es instalar balizas equipadas con GPS en el glaciar para medir la velocidad de desplazamiento. Cuanto antes queden instaladas, mayor será el rango de tiempo de medición, considerando que en 12 días regresaremos a Puerto Edén. Esta instalación se hará en la zona sur, filmada por la cámara de Luc y con la ayuda de Stéphane. Necesitarán más de diez horas de marcha de ida y vuelta. El punto de desembarque sur permite acceder a un antiguo valle glaciar que hay que remontar por más de una hora, para luego seguir subiendo hacia un collado repleto de grandes bloques de roca recubiertos de musgo. Marius lleva una mochila cargada de baterías, Masahiro carga con un petate del que sobresale una esterilla de dos metros, mientras que Shuntaro lidia con una especie de bidón con asas, sobre el que lleva unos tubos de PVC naranja de un metro y medio… algo nada práctico en este terreno agreste, repleto de trampas escondidas y de arbustos con púas como único punto al que asirse. Una vez llegados al collado, los espera una vista fenomenal: a los pies, “fluye” el glaciar que parece inaccesible. Una profunda zanja separa el granito del hielo. Más allá, se aprecia una inmensidad que, automáticamente, recuerda los lapiaces de Madre de Dios: el hielo es compacto, ligeramente hundido; las aguas de superficie excavan una ramificación de pequeños cañones en forma de meandro. Si a esto se le suma el color del hielo, ensombrecido por una acumulación de varvas glaciares y detritos volcánicos, el parecido es sorprendente. Pero 100 metros más allá es el apocalipsis. Una serie de fallas perpendiculares al glaciar, producidas por la ruptura súbita de la pendiente, hacen imposible la progresión. Este caos de penitentes impide cualquier avance. Ante tal espectáculo, los glaciólogos instalan su primer instrumento: una cámara de fotos protegida por una carcasa estanca que tomará fotos cada hora. Este time-lapse dará una imagen animada espectacular… El glaciar se mueve, aunque a una velocidad imperceptible al ojo humano.

Ascenso al primer collado, Stéphane y Shuntaro con su extraña carga.
Ascenso al primer collado, Stéphane y Shuntaro con su extraña carga.

Resiguiendo el borde sur del glaciar, siguen avanzando por un kilómetro sobre rocas redondeadas, muy resbalosas. En este punto, el acceso al glaciar parece más sencillo. Los glaciólogos instalan un primer GPS de alta precisión, alimentado por un panel solar. Será el GPS de referencia para corregir las variaciones de la señal satelital. Durante este tiempo, Stéphane ha encontrado el paso hacia el glaciar. Se ponen los crampones y se lanzan en dos cordadas hacia el centro del glaciar, donde instalan el GPS que medirá el desplazamiento de los hielos. Es tarde cuando llegan al lugar ideal. El bidón con asas entra en acción: se trata de una especie de calentador de agua que se calienta con una cocinilla. El vapor, guiado por un tubo de 15 metros de largo, sale por una embocadura metálica que, con el calor, perforará un agujero vertical en el hielo. El primer agujero sirve para instalar la esterilla de dos metros sobre la que se instala el GPS, alimentado también por un panel solar. ¡Estiman que la velocidad de desplazamiento puede alcanzar los 1.000 metros al año!

Masahiro progresa sobre las rocas aborregadas sobre el glaciar. Lleva un instrumento y un panel solar que le permitirán instalar un GPS de precisión para medir la velocidad del glaciar.
Masahiro progresa sobre las rocas aborregadas sobre el glaciar. Lleva un instrumento y un panel solar que le permitirán instalar un GPS de precisión para medir la velocidad del glaciar.

La segunda manipulación es más complicada de realizar. Consiste en instalar en el hielo de 15 metros de tubo de PVC naranja, unidos por cordinos los unos a los otros, sobre los que hay marcadas cotas de nivel cada diez centímetros. Este punto de referencia, que se va a trasladar con el glaciar, formará parte del seguimiento del glaciar durante varios meses que realizará un equipo de la Universidad Austral de Chile para medir la velocidad de fusión de la superficie del glaciar. Los 15 metros no son una medida fortuita, sino que obedecen a la estimación de Marius, que cree que corresponde al grosor de hielo que se derrite en un año. El equipo regresa muy tarde. Llega al embarcadero a las 22:30h

Marius (de cara) y Masahiro (de espaldas) instalan el captor GPS instalado en lo alto de un instrumento de 2 m introducido en el hielo. A la derecha, Shuntaro empieza a clavar un tubo de hielo con vapor de agua.
Marius (de cara) y Masahiro (de espaldas) instalan el captor GPS instalado en lo alto de un instrumento de 2 m introducido en el hielo. A la derecha, Shuntaro empieza a clavar un tubo de hielo con vapor de agua.

En Guarello, todo son prisas por culpa del clima

El 14 de enero, en Guarello, Gilles, Christian, Yanick, Cyrielle, Bertrand, Richard, Laurent, Stéphane, Charlotte, Clément y Bernard están en pie de guerra desde las 6h de la mañana para un copioso desayuno, el último en la mina. Desde la noche anterior, un temporal incesante se cierne sobre la bahía de Guarello, algo totalmente desmotivante para Stéphane, Charlotte, Laurent y Bertrand, que deben iniciar una traversía de norte a sur de la isla Madre de Dios hacia el Campamento II, uno de los hitos de Madre de Dios, donde estudiarán en detalle los más bellos campos de cometas y champiñones deroca de la isla.

El equipo de la travesía llega al Campamento II e instala su campamento.
El equipo de la travesía llega al Campamento II e instala su campamento.
El Campamento II se sitúa no muy lejos de la cara Pacífico de la isla, rodeada de idílicas y engañosas playas.
El Campamento II se sitúa no muy lejos de la cara Pacífico de la isla, rodeada de idílicas y engañosas playas.
Llegando al Campamento II.
Llegando al Campamento II.
Estudio del sector de cometas y de champiñones de rocas a vista de dron.
Estudio del sector de cometas y de champiñones de rocas a vista de dron.
Estudio del sector de champiñones de roca del Campamento II.
Estudio del sector de champiñones de roca del Campamento II.
El Campamento II y su vista sobre el Pacífico.
El Campamento II y su vista sobre el Pacífico.

Desde hace dos días, debido al retraso en el avance de las embarcaciones, Bernard ha tenido que revisar la planificación general. En lugar de dirigirse directamente al seno Egg y llegar al Barros Luco por el llamado “Paso del Indio”, ahora se plantea llegar directamente a la cabaña navegando por el frente del Pacífico, aprovechando una ventana meteorológica que se abre. Hay que acelerar la descarga de la Valparaíso, que llegó el día anterior al campamento base, para evitar que se quede bloqueada como mínimo una semana en el fiordo a causa de un temporal que se avecina…

La navegación por el Pacífico se anuncia movida, con una ola de más de 2,80 m prevista en el sector. A las 6:45h, el motor de la Rosita ronronea en la bahía de Guarello y, 30 minutos después, cuando los empleados de la base minera empiezan a desayunar, se largan amarras.

Algunos minutos más tarde, la Rosita se abre camino por el estrecho paso del canal Copihue, orientado de cara al viento y donde suelen producirse corrientes violentas, lo que no ayuda al motor, que va a toda potencia. Más adelante se vira al norte hacia el seno Soplador, donde instalamos nuestra primera base flotante en 2000. A 7:45h, la proa de la Rosita toca el extremo del seno Soplador. Como por arte de magia, la lluvia se detiene. Es un buen augurio para el equipo de travesía, que inicia una marcha de 10 horas sin parar hasta el famoso Campamento II.

Apenas desembarcar, la Rosita leva anclas de nuevo; esta vez, dirección al Barros Luco por el Pacífico. Son seis horas de navegación con una ola de tres cuartos, que no da respiro al capitán, quien negocia cada vez el paso de cada ola. Algunas alcanzan los 5 o 6 metros… Gilles está en su lugar favorito, escondido en el fondo de la bodega; Richard, empapado, mantiene el equilibrio en cubierta para no perder de vista el horizonte; Yanick y Cyrielle se quedan estirados en sus camarotes, mientras que Christian, Clément y Bernard se quedan vigilando el avance de la travesía en la tortuga o en el puente de mando. No hay duda que esta memorable travesía quedará grabada en sus memorias, incluso en la de José, el capitán, y su tripulante a bordo, quiene, una vez arribado al refugio del Barros Luco, le confiarán a Bernard que el periplo había sido bien movido…

La travesía de Guarello hacia la entrada del Barros Luco ha sido bien movida.
La travesía de Guarello hacia la entrada del Barros Luco ha sido bien movida.
El capitán, concentrado en el puesto de mando. Las olas alcanzan los 2,80 m.
El capitán, concentrado en el puesto de mando. Las olas alcanzan los 2,80 m.
Richard, en cubierta, lucha contra el mareo intentando no perder de vista el horizonte…
Richard, en cubierta, lucha contra el mareo intentando no perder de vista el horizonte…
Clément y el capitá de la Rosita en la cabina del piloto.
Clément y el capitá de la Rosita en la cabina del piloto.

13:20h, la Rosita tira el ancla en la bahía frente a la cabaña, para gran alivio de Jean-Marc, Laurence, Florian, Jean-Philippe, Georges, Sébastien y Sylvain que llevan dos días trabajando duramente descargando la Valparaíso y poniendo en marcha el campamento base.

A las 22:30h respiran aliviado. Por fin, las bodegas de la Valparaíso y la Rosita están vacías de todas nuestras pertenencias. Se acuerda el zarpe para las 7h del día siguiente para poder aprovechar la pequeña ventana de buen tiempo que todavía permite presagiar la salida del Barros Luco. En ese tiempo, Bernard se comunica por teléfono con Natalia, en el glaicar Témpanos. Todos son buenas noticias desde este campamento, ya bien instalado. El equipo está completamente consagrado a la prospección y a los trabajos científicos en esta zona. Se instruye al Don Arturo, amarrado frente al glaciar, que se reúna con la Rosita y la Valparaiso a las 20h del día siguiente en el canal Trinidad; estos últimos barcos deben regresar imperativamente a Puerto Natales. El Don Arturo sera el que suba al resto del equipo (Gilles, Christian, Yanick, Cyrielle, Richard, Bernard, así como a Florian y Laurence) al campamento del glaciar. Clément se queda en el campamento del Barros Luco para echar una mano al equipo de construcción.

La Rosita y la Valparaíso en proceso de descarga. Un trabajo titánico.
La Rosita y la Valparaíso en proceso de descarga. Un trabajo titánico.
La carpa está lista para almacenar las cajas de víveres para la expedición.
La carpa está lista para almacenar las cajas de víveres para la expedición.
La zona de izado permite subir cargas pesadas mediante una tirolina de cable de acero de 100 metros.
La zona de izado permite subir cargas pesadas mediante una tirolina de cable de acero de 100 metros.

Miércoles 16 de enero

Del lado del Barros Luco, la Rosita y la Valparaíso, franquean a las 8:30h el cabo del Pacífico que permite acceder al canal Trinidad. Gracias al tiempo ganado, Bernard decide que las dos embarcaciones deben dirigirse al seno Egg para abrir el Paso del Indio. La operación para verificar la factibilidad de este punto de acceso, primordial para asegurar los siguientes movimientos del grupo sin quedar a merced de la benevolencia del clima, se culmina con éxito al cabo de 6h. car on ne peut pas toujours compter sur la bonne volonté de la météo.

El Paso del Indio es una fina franja terrestre que separa el estero Egg del seno Barros Luco y que lo recorre un riachuelo que alimenta los dos lagos sucesivos. Los usaron los canoeros para llegar al Barros Luco arrastrando sus canoas, de lo que da fe un sendero abierto entre las piedras para unir los dos lagos.

La operación del día consiste en instalar dos pequeños botes neumáticos en cada lago para facilitar el paso del siguiente equipo. Se toman los puntos GPS y se reconoce el terreno hasta la playa que da al Brazo Lastarria, donde los grandes botes zodiacs Commando Bombard podrán embarcar al grupo para llevarlos hasta el campamento base.

Finalmente, se efectúa el contacto con el Don Arturo al tocar las 23h en la isla Topar, situada en la confluencia de los senos Concepción y Trinidad. El equipo debe liberar a la Rosita y a la Valparaíso, trasladando, una vez más, todo el equipaje. Una hora más tarde, el Don Arturo, con el equipo a bordo, toma rumbo norte hacia el glaciar Témpanos.

¡Por fin, la primera noche de reposo para el equipo!

Jueves 17 de enero, en el campamento Témpanos

Hoy, nuestro equipo de glaciólogos, acompañados por Arnauld y Natalia, suben por el lado sur para instalar un campamento avanzado en el lugar donde, el día anterior, Arnauld, Denis, Lionel y Natalia habían encontrado una gran cueva en el contacto del hielo con el granito. Al igual que en Madre de Dios, donde las cuevas se abren en el contacto de la arenisca impermeable con la caliza, los ríos de superficie que fluyen lateralmente hacia el glaciar crean cavidades. Aunque sean temporales, dado que el glaciar está en constante movimiento, el fenómeno se asemeja al proceso de formación de cuevas en la caliza. Desde este campamento avanzado, los glaciólogos chilenos intentarán medir, con un radar especial, el espesor del hielo de un lado y del otro de la lengua glaciar, que mide más de 3km.

Para regresar al campamento base, Arnauld y Natalia deciden seguir el borde del glaciar en el contacto con el granito, lo que les permite localizar una zona propicia para la formación de molinos… habrá que regresar…

Prospección en el glaciar Témpanos. La zona más cercana está cubierta de varvas glaciares, lo que le da el aspecto de lapiaz de caliza.
Prospección en el glaciar Témpanos. La zona más cercana está cubierta de varvas glaciares, lo que le da el aspecto de lapiaz de caliza.
Un equipo que regresa hacia el campamento debe cruzar el río en crecida tras las lluvias del día.
Un equipo que regresa hacia el campamento debe cruzar el río en crecida tras las lluvias del día.

Por el lado norte del glaciar, Stéphane y Sergio acompañan al dúo de buzos constituido por Laurent y Loïc, quienes han decidido bucear un mini lago glaciar suspendido en una falla del glaciar. Se trata de un extraño receptáculo glaciar donde alcanzan la profundidad de 11 metros.

Inmersión en un lago de superficie que se ha formado en una fractura glaciar. Descenso hasta -11 m y descubrimiento de algunos especímenes de “dragón de la Patagonia”.
Inmersión en un lago de superficie que se ha formado en una fractura glaciar. Descenso hasta -11 m y descubrimiento de algunos especímenes de “dragón de la Patagonia”.

Escala e Puerto Edén

A las 8:30h, el Don Arturo hace una escala de una hora en el embarcadero de la CONAF de Puerto Edén. Esta escala les permite bajar a tierra y pasar a saludar rápidamente a Gabriela Paterito y Raúl Edén, ambos miembros de la Comunidad Kawésqar Residente en Puerto Edén. Los conocemos bien, ya que en 2008 los llevamos a Madre de Dios para mostrarles las pinturas rupestres que el equipo de Centre Terre había descubierto en 2006 en la Cueva del Pacífico, y que pensamos podrían atribuirse a los pueblos canoeros.

Una hora más tarde, el equipo de logística-cine-planificación retoma la navegación para juntarse, finalmente, a eso de las 18 horas, con el equipo glaciar.

Viernes 18 de enero

Hoy, en el glaciar, tres equipos descienden varios molinos localizados los días anteriores. La profundidad oscila entre los 6 y los 25 metros, sin permitir realmente penetrar muy profundo en el hielo. Esto se debe ya sea a pasos estrechos o a pasos con gran circulación de agua que drena por estos conductos. Por el momento, el molino de la «Fuga prometedora» es el más profundo, con unos cuarenta metros de desarrollo. Se exploran otras cuevas glaciares. Principalmente, se trata de emergencias subglaciales o de sumideros de contacto entre la roca y el glaciar, como la Cueva del Sueño Azul, que se abre en la base de una estética cascada que se alimenta de un lago superior. La cueva tiene una profundidad de 35 metros por 60 de desarrollo y presenta formas de erosión extraordinarias, circulación de agua interior, cúpulas de erosón, etc… algo que resulta familiar a los espeleólogos…

Progresión sobre el hielo. ¡Hay que usar crampones y piolet!
Progresión sobre el hielo. ¡Hay que usar crampones y piolet!
Instalación de un molino de hielo (pozo excavado por el agua en el hielo).
Instalación de un molino de hielo (pozo excavado por el agua en el hielo).
La boca de un molino de hielo.
La boca de un molino de hielo.
Exploración de una fractura del glaciar.
Exploración de una fractura del glaciar.
Exploración de una cueva glaciar.
Exploración de una cueva glaciar.
Prospección de molinos. La mayoría se cierran o bien los pozos son demasiado pequeños.
Prospección de molinos. La mayoría se cierran o bien los pozos son demasiado pequeños.
El descenso de un molino comunica con una profunda fractura.
El descenso de un molino comunica con una profunda fractura.
Un molino corta una fractura del glaciar.
Un molino corta una fractura del glaciar.
Sobre el glaciar, en el contacto con el granito redondeado por el hielo, se abren varias cavidades.
Sobre el glaciar, en el contacto con el granito redondeado por el hielo, se abren varias cavidades.
Los bédières (ríos de superficie) alimentan los molinos.
Los bédières (ríos de superficie) alimentan los molinos.
Exploración de un meandro entre dos pozos.
Exploración de un meandro entre dos pozos.

Al final de día, Natalia, quien dirige el equipo glaciar desde el zarpe de Puerto Natales, da cuenta de los avances a Bernard, que acaba de llegar al Témpanos acompañado de Gilles, Yanick, Cyrielle, Christian, Richard, Laurence y Florian. Por fin, el equipo glaciar se encuentra reunido al completo, en este magnífico terreno de juego del Témpanos. 21 especialistas de científicos, un guardaparques del Parque Nacional Bernardo O’Higgins, espeleólogos, buzos y un equipo de filmación. Se cuentan con todos los ingredientes necesarios para gestionar del mejor modo los primeros descubrimientos: sumideros, pequeños molinos, bocas, que, aunque de momento no son de grandes dimensiones en término de profundidad y desarrollo, presentan, a pesar de todo y todos los casos, una fascinante belleza. Todos disfrutan.

Sábado 19 de enero

Richard Maire y Natalia ante el equipo de filmación. Luc, tras la cámara y Christian al sonido, bajo la atenta mirada de Gilles, el realizador.
Richard Maire y Natalia ante el equipo de filmación. Luc, tras la cámara y Christian al sonido, bajo la atenta mirada de Gilles, el realizador.

Hoy hay cuatro equipos que salen a terreno : un equipo de buzos en búsqueda de corales y de vida submarina en la bahía que baña el glaciar ; otro equipo de filmación por la superficie del glaciar ; y otros dos que se dedican a prospectar y explorar cuevas subglaciares en los secotres sur y norte del Témpanos.

En la cueva Sueño Azul, la gran sala de acceso con sus cúpulas de hielo.
En la cueva Sueño Azul, la gran sala de acceso con sus cúpulas de hielo.
Progresión por un meandro glaciar.
Progresión por un meandro glaciar.
En la cueva Sueño Azul, la plasticidad del hielo, cuya temperatura supera apenas los 0°C, provoca su desplazamiento interrumpido por las asperidades de las paredes de granito.
En la cueva Sueño Azul, la plasticidad del hielo, cuya temperatura supera apenas los 0°C, provoca su desplazamiento interrumpido por las asperidades de las paredes de granito.
En la cueva Sueño Azul, bellas formaciones de hielo.
En la cueva Sueño Azul, bellas formaciones de hielo.
En la cueva Sueño Azul, el sumidero subglacial está excavado por un bello acceso.
En la cueva Sueño Azul, el sumidero subglacial está excavado por un bello acceso.
En la cueva Sueño Azul, Richard observa los desplazamientos de las burbujas de agua entre la roca y la pared.
En la cueva Sueño Azul, Richard observa los desplazamientos de las burbujas de agua entre la roca y la pared.

Por la noche, se planifica la siguiente jornada.

Domingo 20 de enero

Un desastre. Ha llovido toda la noche y la madrugada… Sigue lloviendo durante todo el día. El glaciar llega incluso a desaparecer del paisaje. En los valles laterales, los riachuelos se convierten en torrentes y, luego, en ríos salvajes. Todos se quedan en la cabaña. No se puede hacer mucho más. Se dedica el tiempo a tareas administrativas: actualización de la bitácora, clasificación de fotos, tratamiento de datos… Por la tarde, una luz inesperada ilumina el fiordo, el glaciar y la montañas circundantes, mientras que se instala una helada brisa. Mañana, mejorará el tiempo ?

A bordo de bote rígido de la CONAF, los glaciólogos observan desde cerca el fondo del glaciar, cuyos bloques caen continuamente al mar.
A bordo de bote rígido de la CONAF, los glaciólogos observan desde cerca el fondo del glaciar, cuyos bloques caen continuamente al mar.

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